Enormes desafíos enfrenta Río previo a JO

 

Terminar las instalaciones, el virus Zika, la crisis económica y política, la seguridad de los asistentes, son las incógnitas a resolver a 65 días del inicio de las olimpiadas

 

Operarios instalando el sistema de electricidad, camiones moviendo estructuras metálicas y funcionarios dando retoques a los accesos… El trajín es intenso en el Parque Olímpico de Jacarepaguá, donde dentro de 65 días comenzarán buena parte de las competiciones deportivas.

 

La práctica totalidad de las obras deportivas están concluidas, pero el velódromo –la construcción más retrasada- presenta problemas.

 

“Es motivo de preocupación”, explica Gustavo Nascimiento, director de gestión de instalaciones del Comité Olímpico Río 2016.

 

“Estamos siguiendo las obras de la alcaldía para poder tomar el control del velódromo el día 25 de junio y de las instalaciones hípicas el día 30”, señaló este hombre que fue voluntario en las Olimpiadas de Atenas 2004.

 

Funcionarios del comité local que pidieron no ser identificados dijeron que el velódromo “es un problema real”, pues la obra es detenida de forma recurrente por huelgas de los empleados.

 

A 65 días para el inicio de las Olimpiadas de Río 2016, las primeras organizadas en América del Sur, la ex capital brasileña enfrenta enormes desafíos: terminar las instalaciones, revertir la imagen de caos creada por el virus Zika, la crisis económica y política, así como garantizar la seguridad de los visitantes y atletas en una ciudad con índices altos de violencia.

 

“No nos desmoralizan las críticas”, explicó Nascimento, en referencia a la posibilidad de que atletas como el medallista español Pau Gasol, jugador de los Chicago Bulls de la NBA, no vengan a los Juegos por causa de la amenaza del virus Zika.

 

“Seguimos las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Respetamos las otras opiniones, pero son solo opiniones”, señaló, en referencia al grupo de 150 científicos y políticos que pidieron la semana pasada la cancelación o postergación del evento.

 

Otro de los desafíos será la movilidad urbana: en una ciudad que, como buena parte de Brasil, adolece de una carencia sistémica de transporte público de calidad, el tráfico y embotellamientos pueden crear dificultades.

 

El Gobierno de Río de Janeiro prometió que la obra del metro para enlazar el centro turístico con el área olímpica de Jacarepaguá –la principal- estará terminada, pero hoy la estación principal de metro en Barra de Tijuca sufre grandes retrasos, constató Notimex.

 

La organización de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 fue criticada en varias ocasiones por el incumplimiento de promesas por parte de los organizadores brasileños, entre ellas la descontaminación de otra área olímpica, la Bahía de Guanabara, escenario de las pruebas de vela.

 

Decenas de atletas –brasileños y extranjeros-, entre ellos algunos campeones mundiales, han criticado los últimos meses la situación de las aguas, donde los días de marea presentan un aspecto nada conveniente para el deporte, con cientos de peces muertos y deshechos de todo tipo, desde cadáveres de animales hasta sillones.

 

AIJ


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