Las matemáticas no están a favor de los Packers de Green Bay cuando se trata de extender la racha del equipo de ocho apariciones consecutivas en los playoffs.
Y un posible regreso del mariscal de campo Aaron Rodgers puede que ni siquiera ayude.
A raíz de la derrota del último segundo del domingo por la noche, 31-28 ante los Acereros de Pittsburgh, los Packers volvieron a trabajar el lunes a 5-6.
Eso significaría ganar los próximos dos partidos sin Rodgers, que se colocó en la reserva de lesionados el 20 de octubre. De acuerdo con las reglas de la NFL, podría volver a entrenar tan pronto como el sábado, y el primer juego en el que sería elegible jugar sería 17 de diciembre en Carolina una vez que los Packers lo designen para un posible regreso.
Rodgers lanzó pases antes del partido del domingo por la noche en Heinz Field, pero aún no se ha hecho una radiografía en esta clavícula quirúrgicamente reparada para ver cuánto ha cicatrizado. Rodgers dijo el mes pasado que volvería solo si el hueso estaba completamente curado y si “tenía sentido” que regresara, lo que significa que los Packers todavía estaban en la contienda por los playoffs.
Al preguntársele si Rodgers practicaría el sábado, McCarthy contestó: “Ya veremos … La prioridad A-No.1 es que se mantenga saludable. La práctica no es algo en lo que realmente nos concentremos en este momento”.
McCarthy calificó la aparición de Rodgers en Heinz Field como “una gran oportunidad” para obtener algo de trabajo y dar un paso más en su rehabilitación.
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