Tras la eliminación de la Eurocopa 2016 a manos de Francia por marcador de 5-2, la selección de Islandia regresó a su país, donde los recibimientos como héroes no se hicieron esperar y no fue para menos, pues en su primera participación en el campeonato europeo de naciones, los escandinavos consiguieron la hazaña de meterse hasta los cuartos de final del certamen celebrado en el país galo.
Hoy por la tarde, el avión de los “Vikingos” aterrizó en Keflavik, a 40 kilómetros de la capital, Reikiavik. Posteriormente subieron un autobus descapotable que los llevó por las calles de la ciudad hasta el parque Arnaholl, donde ya se habían congregado cientos de hinchas para esperar a sus campeones.
En Arnaholl, los seleccionados islandeses entonaron junto con sus aficionados entonaron su característico grito de “guerra” combinado con el ritmo de las palmas que popularizaron durante el torneo para celebrar sus triunfos.
“Vamos a festejarlo. Lo que han hecho los muchachos es absolutamente fantástico”, declaró el entrenador Lars Lagerback en su último día frente del seleccionado nórdico.
Asimismo, camiones de bomberos contribuyeron al ambiente accionando sus lanzadores de agua para formar un arco que, en el cielo limpio de Islandia, se tornó en un arcoiris.
“Ha sido un sueño recibir todo este apoyo. Hemos vivido cosas absolutamente fabulosas y estamos orgullosos de haber podido hacer disfrutar a nuestro país”, sentenció Kolbeinn Sigthorsson, quien marcó uno de los goles ante Les Bleus.
Contra todo pronóstico, Islandia se convirtió en la revelación del torneo al avanzar como segundo lugar de su grupo y ponerse al tú por tú frente a potencias como Portugal -con quien empató a cero- e Inglaterra, a quien eliminó en octavos de final, dejando un grato sabor de boca entre los aficionados del futbol en todo el mundo.
RCF
