Croacia está en la final de la Copa del Mundo y desde luego es una cita en la que los principales mandatarios del mundo están invitados en el palco de honor, alejada del estatus que generalmente ocurre en estos casos, destaca la actitud de la presidenta del país balcánico que siente y disfruta del Mundial como un aficionado más.
Kolinda Grabar-Kitarovic no solo viajó al Mundial para acompañar a la selección de su país, está poniendo el ejemplo al descontarse su propio sueldo cada que viaja a Rusia y además los viajes no salen del presupuesto público, la presidenta croata los paga de su propia bolsa y viaja, como cualquier persona en clase turista y además, cada que fue a los estadios, lo hizo siempre con la camiseta de su selección.
Por si algo faltara, salió de los protocolos de formalidad que los palcos presidenciales demandan y festejó como cualquier fanático el gol que instaló a Croacia en la ronda semifinal y lo hizo junto a Gianni Infantino, presidente de FIFA y también tenía a lado al primer ministro ruso, Dmitri Medvedev. Solo se perdió el encuentro de semifinal pues un motivo importante la obligó a ausentarse, ese día se realizó la cumbre de la OTAN pero se llevó su pasión por Croacia y le regaló una camiseta de la selección a la primera ministra Británico, Theresa May.
El domingo estará sin duda en la final ante Francia y espera repetir el festejo con los jugadores en el vestuario, como ya ocurrió en la victoria ante Rusia.
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HCO
