El sol del domingo

Foto: Mexsport 

El clásico de la ciudad es un partido que Pumas y América tienen prohibido perder

Es parte del juego que cuando se vean las caras Pumas y América los recuerdos y las anécdotas lleguen a la memoria y formen parte de las charlas que amenizan el juego.

Los universitarios recuerdan con agrado el bombazo del Tuca para el campeonato, mientras que repudian de por vida al silbante Joaquín Urrea por aquello que siguen y seguirán considerando, por los siglos de los siglos, el atraco más grande en una final.

Los americanistas lo recuerdan con sonrisa sarcástica y le dirán arbitro justo y de paso le recordarán a los del Pedregal los errores de Adolfo Ríos en aquella final del 4-1 y los golazos de Kleber Boas en el juego de campeón de campeones.

Es el clásico de la ciudad, es el juego que desde que están en infantiles, crecen a básicas y al primer equipo está prohibido perder. Saben que en 90 minutos se juegan muchas cosas, incluyendo el prestigio y el amor de sus aficionados. Perder…¡¡ni madre !!!!!!.

Si quiere hoy un boleto, déjeme decirle que le tengo malas noticias. Ya se terminaron y solo queda refugiarse en la casa del amigo que tenga el televisor o la pantalla más grande.


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