Es una lástima cuando los malos manejos traen por consecuencia los malos resultados que entierran las ilusiones dentro y fuera de la cancha. Un equipo de tradición como Pumas no debe permitir que las faltas de capacidad de sus directivos los tengan al borde del olvido, con un plantel limitado, desordenado y confundido en ese mar de ideas que simplemente no se concretan.
No recuerdo hace cuantos torneos que Pumas fuera el último lugar de la tabla general, que sume 8 derrotas en esa colección de fracasos y miserables 7 puntos.
Esto no es Pumas. Esto es a lo que sus directivos, técnicos y demás personas que les encanta meter la mano y dar opiniones a la ligera han cosechado, dando al traste con el trabajo de los jóvenes convirtiendo en pesadilla el torneo.
Pero allí no termina todo, Pumas es 11 de la tabla de cocientes y aunque el colchón todavía es generoso, hay que recordar que falta el resto de este torneo y el siguiente si se quiere salvar la permanencia.
Esta situación de hartazgo ya alcanzó la tribuna, prueba de ello es la pelea en las gradas del Estadio Corregidora y el palpable malestar de los seguidores que, en esa histeria colectiva, ya no aguantan más humillaciones.
El grito popular clama a Hugo Sánchez, aunque la realidad va por otros técnicos. Memo Vázquez suena para regresar y en esa baraja de posibles el nombre de Miguel España también aparece. Solo Dios dirá.
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