Un brujo por amor de Dios

 

Sin duda la primera semana de los juegos ha sido de pesadilla para los mexicanos

Sin duda la primera semana de los juegos ha sido de pesadilla. Los resultados añorados no llegan, la presión aumenta y la hoya de grillos está a la orden del día para hacer escarnio de lo que sucede en Rio de Janeiro.

 

Nuestros atletas se han ido en blanco en lo que se refiere a las medallas. Solo en par de ocasiones rasguñamos el bronce, pero eso no es suficiente para justificar la presencia en esta competencia donde el perdón no existe.

 

Está canijo que en deportes como el box, la esgrima, Tae kwon do y otros más sean deportes de una sola oportunidad. Un mal jueceo, una mala tarde y adiós, no hay segundas oportunidades convirtiendo el vuelo de regreso a México más largo que la presencia en Rio de Janeiro.

 

Aunque les gane la diplomacia, los dirigentes de nuestro deporte se les ven de cara larga, culpándose uno al otro cuando todos sabemos que esta primera semana de fracasos tiene nombre y apellido.

 

En un mar de reclamos y justificaciones todos tiran sus redes haber que pescan a su favor. En el caso del futbol y las declaraciones del potro Gutiérrez las justificantes se mezclan con el cinismo y absurdas predicciones futuristas que solo él y su torcida mente creen. Fracaso es fracaso y punto.
Así que no me queda de otra más que pedirle a los veracruzanos de Catemaco que manden un brujo, unos cuantos changos y 10 o 15 chamanes para que se nos caiga la malaria que nos ha azotado de manera violenta en estos primeros 7 días de los juegos de Rio de Janeiro.


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