Se pierde la honestidad se pierde todo

 

Aldo Fernández nos cuenta las acciones de la pelea que le robaron al Pacman Pacquiao

La noche del sábado, con todo lo necesario, me prepare para ver la pelea de box entre el Pacman y el joven Horn. Grandes paisajes en Australia fueron el marco hermoso que dio fondo a uno de los robos, en mi humilde opinión, más burdos en la historia de este controversial deporte y de la Organización Mundial de Boxeo que sancionó la pelea.
Es verdad que Manny Pacquiao no estudió a conciencia a su enemigo, que se lo dejó llegar en los primeros rounds de la pelea y que a base de combate sucio, utilizando los codos y la carrocería el australiano le dominó el combate en su primera mitad.
En los asaltos venideros el filipino se acordó de aquellos años donde su pegada era letal y saco lo mejor de su repertorio para emparejar las papeletas y a juicio de millones revertirlas a su favor.
El ex profesor de educación física no podía ni con su alma tras los embates poderosos del filipino, Pacquiao dominó al grado de ponerlo cerca de la lona y cerca del nocaut técnico del cual por milagros no se concedió.
Para mi gana el pacman, pero para los tres jueces que sancionaron el pleito el triunfo se lo lleva Horn, pese a los codazos que cortaron al campeón, pese a ensuciar la pelea y pese a los golpes que recibió de manera brutal en 4 asaltos del combate.
No soy el único que piensa que atracaron al filipino y por supuesto que no es consuelo al ver como en un deporte tan demandante es manipulado por unos jueces que ven lo que quieren y a final de cuentas hacen que el boxeo pierda credibilidad.  Cuando se pierde la honestidad se pierde todo.

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