Tres grandes incógnitas para el futuro de la MLB

Estadio Deportes Publicado el
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Actualmente estamos asistiendo a momentos de incertidumbre en torno al futuro del béisbol. Y no se trata precisamente de una cuestión de falta de talento de los jugadores. Esta nueva generación de promesas del juego se encuentra en la encrucijada que sitúa a los más tradicionalistas en un momento difícil, al verse en medio de momentos de cambio de unas normas que deben adaptarse a nuevos ritmos de juego. Analicemos, pues, algunos de los puntos clave de las aguas pantanosas en las que se mueve este deporte en el momento presente y sus principales encrucijadas y problemas a los que se enfrenta la MLB en lo relativo al futuro del béisbol.

El béisbol y su actual crisis de identidad

El béisbol, como tantos otros, no es un deporte libre. Su mutación constante está motivada por decisiones de los grandes magnates que lo dirigen, voluntades de aquellos que lo practican al más alto nivel, analistas sedientos de maximizar su rentabilidad y una afición que, con su ansia de espectáculo, crea una fractura patente entre la gloria del deporte pasado y la sostenibilidad de su futuro.

Tras su regreso el año pasado, es necesario detenerse a reflexionar sobre qué posición ocupa el deporte en el momento presente y también hacia dónde le conviene dirigirse. El cambio es inminente y necesario y afecta a todas las partes implicadas en el juego. El cambio es evolución y la clave pasa por encontrar un punto de conexión entre todas las partes implicadas, desde aquellos que pelean en el campo hasta los que ocupan las gradas, pasando por los que observan desde las torres de marfil.

El futuro y el pasado del juego se entremezclan con un presente muy convulso, lleno de grandísimos jugadores practicando un juego quebrado por las circunstancias.

Lanzadores que abruman

Estamos viviendo unos tiempos en los que se da la paradoja de que los lanzadores pueden llegar a ser demasiado buenos. La manera en que estos lanzan la pelota ha ido cambiando gradualmente para adaptarse a las exigencias del guion, de manera que cada vez se producen menos hits y más ponches, lo cual no es en absoluto deseable para el espectáculo en el juego, o al menos para el espectáculo tal y como lo entienden las audiencias. De esta manera, si no ocurre que un lanzador cometa un error, la consecuencia que se produce es que los bateadores no tienen prácticamente ninguna opción de lograr un hit. Es un problema de difícil solución, sin duda, que puede que tenga que pasar por una modificación en las normas.

Que los lanzadores sean cada vez mejores no solo afecta al ritmo de los encuentros, sino que condiciona la naturaleza de los pronósticos de la MLB de los bateadores, que se acercan al promedio más bajo desde 1968, el año de pitcher. En el mes de abril, los Red Sox se impusieron a los Mets, por 1-0, contando el juego con seis hits y alcanzando 30 ponches, siendo de las primeras veces en la historia de este deporte que en un juego se alcanzaron seis hits o menos y un mínimo de 30 ponches. Esta dinámica es dañina para el juego y no le aporta nada bueno.

Encontrar, aplicar y cumplir una serie de normas; asignatura pendiente de la MLB

En los 90 se tomó la determinación de unificar la Liga Americana y la Liga Nacional en lo que serían las Grandes Ligas. Casi 30 años después resulta evidente la fractura existente en el béisbol, ya que esa decisión se tomó invirtiendo lo que sería el proceso natural de fusión, empezando la casa por el tejado, de manera que el béisbol actualmente está menos homogeneizado que en ningún otro momento, con unas reglas de juego diferentes en cada estadio. Esta situación pasó de ser interesante a no sostenerse, ya que juega en contra del deporte y de su imagen. Urge unificar las reglas del béisbol de manera acuciante para devolver la dignidad y el prestigio a un deporte que es toda una institución y que nunca debió perder su norte.