¿Fracaso olímpico?

 

A poco menos de un mes de que arranque la justa olímpica, los Juegos 2016 siguen generando incertidumbre por los problemas que vive Brasil

El 5 de agosto se inaugurarán los XXXI Juegos Olímpicos en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil. A poco menos de un mes de iniciar la justa deportiva más grande del planeta, las inquietudes generadas en torno a ella siguen acrecentándose y poniendo en duda que el coloso de Sudamérica vaya a tener “los mejores Juegos Olímpicos de la Historia”.

PROBLEMA DE SALUD

Imagen para ilustrar. Foto: Especial

El martes 28 de junio, Jason Day, golfista número uno del orbe, anunció su retiro de la justa olímpica por temor a contagiarse con el virus del Zika que, a mediados de junio, registraba casi 50 mil casos confirmados en todo Brasil, es decir, 67.6 casos por cada 100 mil habitantes.

A Day se han unido otros deportistas como los golfistas Rory McIlroy y Marc Leishman, quienes anunciaron su renuncia a los Juegos Olímpicos de Río por temor a contagiarse del virus, el cual no es el único mal de Brasil, pues en lo que va del año, más de mil personas han muerto a causa de la gripe AH1N1.

Con los problemas generales de salud en Brasil, los atletas tienen más de una razón para negarse a asistir.

INSEGURIDAD A LA LUZ DEL DÍA

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El jueves 23 de junio, Liesl Tesch, integrante del equipo paralímpico australiano, fue asaltada a punta de pistola en Río mientras se ejercitaba con su bicicleta la cual, desde luego, fue robada.

La inseguridad es un grave problema al que se enfrentan los organizadores de los Juegos Olímpicos. Según cifras del Instituto de Seguridad Pública (ISP), 2015 cerró con mil 202 homicidios en comparación con los mil 237 que se registraron en 2014; también hubo 37 mil 133 casos de robos a transeúntes, mientras que un año antes hubo 39 mil 687.

Pese a la baja en la tendencia delictiva, Río mantiene los focos rojos por la inseguridad, pues permanece el riesgo de asaltos a visitantes y atletas durante la justa deportiva.

CRISIS POLÍTICA

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El juicio político al que se enfrenta la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff (que concluye a la par que Río 2016), es también un punto candente en la realización de los Juegos.

El presidente interino, Michel Temer, enfrenta una desaprobación de 70 por ciento; además, tres de sus ministros ya renunciaron debido a acusaciones de corrupción.

La fuerte tensión política se ve agravada por una recesión que se profundiza. Para el primer trimestre del año, la mayor economía de América Latina se contrajo 5.4 por ciento. El real se devaluó 48 por ciento frente al dólar y el desempleo se disparó a 11.2 por ciento hasta febrero, es decir que para el primer bimestre de 2016, se identificó a 11.4 millones de brasileños sin empleo.

OBRAS INCOMPLETAS

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La Línea 4 del Metro, obra con la que se esperaba descongestionar la mayoría del tránsito durante los Juegos, no está concluida.

Además, con un mes por delante, casi todas las instalaciones deportivas “se encuentran al 98 por ciento” de su construcción, según el director de Proyectos de la Empresa Olímpica Municipal, Roberto Ainbinder. En total, tres de las 15 instalaciones que se planearon para Río 2016 están inconclusas.

Las negligencias en el ramo de la construcción fueron expuestas con la caída de un tramo de la ciclopista para los visitantes a causa de una ola. Esto ya ha puesto a trabajar a los expertos que realizan revisiones más estrictas tanto en ingenios deportivos como en obras viales.

¿CANCELACIÓN?

Imagen para ilustrar. Foto: Especial

El Comité Olímpico Internacional (COI) ya ha declarado imposible esta opción, misma que sólo ha sido necesaria en cuatro ocasiones.

En 1908, los Juegos se celebrarían en Roma, pero se trasladaron a Londres por los problemas financieros producidos por la erupción del Vesubio en 1906. En 1916, la Primera Guerra Mundial impidió la celebración deportiva en Berlín. En 1938, Japón renunció a organizar los Juegos de 1940 tras invadir China en 1937, por lo que fueron trasladados a Finlandia, país que en 1939 fue atacado por la Unión Soviética. Debido a esto, esos Juegos Olímpicos, los de 1940, ni los de 1944 se celebraron por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.


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