Augusta, EUA., 14 Abr (Notimex).- Tiger Woods revivió aquel abrazo con su padre, cuando a los 21 años conquistó su primer torneo de Los Maestros en Augusta National, donde se inmortataliza más al ganar hoy por quinta ocasión el más prestigioso certamen del golf mundial.
“Mi padre estuvo aquí en 1997, y también mi madre”, dijo en la solemne ceremonia donde recibió el saco verde de campeón y la producción le proyecto aquel abrazo, lo cual emocionó más al atleta.
Este domingo, en el mismo hoyo 18, ahí lo esperó su mamá, su hijo y su hija, además de su novia, y al igual que aquella vez se fundió en un abrazo con su familia, en medio de la euforia del público.
Compartió estar emocionado porque sus hijos pudieron ver en el campo su victoria. “Me quedo sin palabras de aquel abrazo con mi padre y ahora poder abrazar a mi hijo, es especial”.
Woods comentó que el año pasado se sintió una persona con suerte por jugar al golf, luego de la serie de cirugías a la que fue sometido en la columna vertebral, otra en la cadera y una más en la rodilla. “Ahora, estar aquí otra vez y ser campeón, es increíble”.
Abundó que volver a triunfar es una experiencia que no puede describir, que las palabras no le son suficientes para explicar las sensaciones por la victoria, la cual pone en lo más alto de todos sus triunfos, por todo lo que vivió previamente.
Ante el comentario de su paciencia en esta cuarta y última ronda, describió que ese factor lo ponderó durante las rondas previas y hoy le ayudó para el control de sus tiros, poner la bola sobre la avenida del campo y tener el buen toque a la hora de embocar.
Cuestionado sobre si sabía lo que hizo, respondió que “viví una gran adrenalina como para darme cuenta de lo que estaba pasando, recuerdo que grité y busqué a mi caddie. Es una sensación única”.
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