El Campeonato Mundial de Judo celebrado en Tokio vivió un episodio polémico con un ex campeón. El iraní Saeid Mollaei desobedeció órdenes del gobierno de su país para retirarse de la competencia, y ahora teme por su vida.
Durante varias décadas los deportistas de iraníes han mantenido la política de no competir contra rivales de Israel. Mollaei, defensor del título mundial, tenía la posibilidad de enfrentar al israelí Sagi Muki en la final, pero no escuchó la advertencia y decidió continuar.
El judoca de Irán quedó eliminado en las semifinales y terminó por no enfrentar al representante de Israel. Sin embargo, Mollaei ha solicitado asilo político en Alemania por temor a represalias a pesar de que las autoridades de su país le aseguraron que podría regresar sin ningún problema.
El presidente de la Federación Internacional de Judo, Marius Vizer, aseguró que ayudará a Mollaei a prepararse para los Juegos Olímpicos del 2020. El campeón del mundo en 2017 y 2018 podría competir con el equipo de atletas refugiados si Irán se niega a que los represente.
