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Mejor cuando hay menos margen de error

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Jayson Tatum se ha convertido en una pieza clave del equipo. Foto vía Twitter: @celtics 

Los Celtics de Boston sufrieron bajas importantes para esta temporada, pero se mantienen como uno de los equipos a vencer en la Conferencia Este con racha positiva de 10-2 por arriba de los Bucks de Giannis Antetokounmpo y el actual campeón Toronto

  • Por Álvaro Martín 

¡Imposible descifrar a Boston Celtics! Antes de empezar la temporada pasada, con el retorno de Kyrie Irving y Gordon Hayward, Boston parecía ser un equipo ungido a avanzar a Finales de NBA.

La temporada pasada no cumplió con expectativas y al partir Irving, Al Horford y Marcus Morris, Boston perdió tres de sus cuatro máximos anotadores. En el caso particular de Horford, perdieron su alma defensiva y voz veterana en el vestidor.

Los papeles han cambiado: Hayward, el recién adquirido Kemba Walker y Jayson Tatum estaban abriendo todos los partidos, pero el director técnico Brad Stevens ha optado por barajar los últimos dos puestos. Jaylen Brown y Marcus Smart se dividen el puesto de escolta, y tienen un centro de tres cabezas encabezado por Daniel Theis, Enes Kanter y Robert Williams.

Sustituir a Horford ha sido lo más difícil, pero solo Milwaukee Bucks permite menos puntos en la llave por partido hasta ahora en la NBA. Theis tapa o desvía 11% de los intentos de dobles de los contrarios mientras está en cancha (fuera de serie y probablemente insostenible a lo largo de una campaña). Kanter al menos reboteará en un equipo que sufre en ese rubro, y Williams ya añade malicia cubriendo la jugada de pared y desmarque cuando se apertrecha en la llave – no solo se desvive por repartir tapas.

Todo eso genera la razón por la cual Boston abrió tan bien – su eficiencia defensiva (101.1 puntos permitidos por cada 100 posesiones) es la quinta mejor en la NBA. Esa defensiva genera a su vez la mejor mejor eficiencia neta en la Asociación con +9.3, o sea, por cada 100 posesiones ofensivas y defensivas, Boston le saca más de nueve puntos de ventaja a los rivales.

Brown y Tatum se acoplan a la directriz que tienen que deshacerse del balón rápidamente: tiren o pasen. Tatum en particular acepta la filosofía de intentar solo triples o penetraciones, eliminando lanzamientos a media distancia precedidos por mucho pique de balón. Hayward, antes de su desafortunada lesión en su mano izquierda que requirió cirugía, comienza su transición a ser un anotador interno, un falso cuatro (ala-pívot) pero adentro – encesta 46% de sus puntos en la llave, el porcentaje más alto en su carrera.

Por último, Boston juega con el espíritu del desfavorecido (la actitud en la que Stevens se siente más cómodo y la que prefiere inclulcar en sus equipos). No sueltan prenda: promedian solo 12 pérdidas por partido, el promedio más bajo en la NBA. Kemba Walker se convierte en el principal distribuidor del balón a inicios de la posesión ofensiva, con Tatum convirtiéndose en quien define con el balón en el cierre de las posesiones largas.

Esa sensación de que Celtics juega con poco margen de error se acentúa cuando Stevens coloca a sus cinco mejores jugadores en cancha, como hizo en el triunfo ante Toronto, con Tatum como su jugador más espigado. Habrá que profundizar la rotación y desarrollar el talento joven y recién incorporado, pero ya los cimientos de un equipo de playoffs están afincados.


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