El flamante corredor de los Seahawks, adquirido recientemente en esta última agencia libre, ha pasado una de las primeras mediciones de peso, requeridas en su contrato y ha ganado un bono de 55 mil dólares por ello.
Una de las preocupaciones de Seattle era si el ofensivo podría mantenerse en forma durante el descanso y al inicio de la pretemporada. Por lo que hay cláusulas en su acuerdo, que regulan este menester.
El convenio establecía que su primera prueba de tonelaje sería el 15 de mayo, para la cual debía pesar menos de 255 libras (115 kilos). Su siguiente medición será en junio. Para esta, debe pesar menos de 250 libras. Debe mantenerse así hasta agosto.
Después de agosto, será monitoreado cada mensualmente por el resto de la temporada. Su peso debe estar por debajo de 245 libras (111 kilos, aprox.). Por cada vez que la balanza le de el visto bueno, recibirá un bono de 55 mil dólares.
De sumar todos los incentivos, Eddie Lacy recibirá 5.5 millones de dólares por jugar esta temporada con los Halcones Marinos. 2.865 millones ya están garantizados.
El sobrepeso fue uno de sus mayores problemas en su tercer campaña con Green Bay. El running back habría llegado a la pretemporada de la campaña 2015 con casi 20 kilos extra, algo que afectó en su rendimiento en su tercer año con los Packers.
Lacy fue seleccionado por los Green Bay Packers en segunda ronda del draft de 2013. En su temporada de novato, corrió para 1,178 yardas y 11 anotaciones.
En su segundo año, consiguió 1,139 yardas por tierra y 9 touchdowns. La debacle por el peso vino en su tercera campaña, cuando corrió tan sólo para 758 yardas y tres TDs.
La temporada pasada era la de su reivindicación en Green Bay. Todo iba bien, hasta que sufrió una lesión de tobillo que le puso fin a su campaña. En cinco partidos, acumuló 360 yardas, con un promedio de 5.1 yardas por acarreo, el mejor de su carrera profesional.
Al final se inclinó a firmar con los Seahawks, a pesar de que los Packers le ofrecieron una suma parecida. La decisión final consistió en que preferió estar en una ofensiva que priorizara la carrera antes del pase, algo que jamás iba a ocurrir en Wisconsin mientras Aaron Rodgers sea el quarterback de la franquicia.
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