Hijo del Villano III, sin miedo al legado de su padre

Foto: Julio Vera 

No sólo heredó la máscara, también la actitud ruda que caracterizó al Villano III en el ring

  • Por Julio Vera

El Hijo del Villano III, es uno de los nuevos talentos mexicanos en el Consejo Mundial de Lucha Libre y carga con la herencia de la máscara de su padre.

Poco a poco el joven gladiador se ha ganado un lugar en la cartelera de la Arena México y el reconocimiento de los aficionados al pancracio.

A pesar de portar la máscara de uno de los luchadores más importantes en la historia reciente del CMLL, es consciente del peso que significa y a diario trabaja para llevar el nombre de su padre en lo más alto.

“Es un peso muy grande pero me preparo a consciencia día a día en el gimnasio y en el ring, para llevar a cabo estos encuentros, la mascara y salir avante con el nombre arriba”.

Llegar desde el comienzo de su carrera como uno de los rudos más rudos, le ha sentado bien al Hijo del Villano III, quien disfruta de la lluvia de abucheos en cada salida al cuadrilátero.

“El personaje de rudo es lo que más me gusta. Es una sensación increíble ver cómo te abuchean, ver cómo la gente se enoja molestándonos y sobre todo tu sales con una sonrisa enorme, porque ese es el trabajo de un rudo: estar feliz y que los aficionados sufran”.

Salir al ring de la Arena México, es algo que soñó desde su infancia y disfruta al máximo cada aparición en la cartelera de la mejor lucha libre del mundo.

“Es una sensación muy extraña, son sentimientos encontrados porque siempre soñé con esto desde mi infancia. Siempre me imaginé detrás de las cortinas de un escenario como el de la Arena México. Ahora vivirlo es emocionante, pero a la vez es responsabilidad para mí”.

A pesar de que su hermano se dedicó hace tiempo a la lucha olímpica y lucía como el candidato principal a heredar la máscara de su padre, siempre se sintió seguro de ser quien pudiera llevar el nombre del Villano III.

“Claro que sí, siempre lo imaginé. Mi hermano y yo siempre hemos crecido juntos, pero sinceramente él siempre fue por su lado y yo por el mío. Finalmente cada quien va cosechando sus triunfos en su lugar correspondiente y pues gracias a Dios todo ha salido a favor de la dinastía imperial”, concluyó el heredero.


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