El torneo Clausura 2024 aún no acaba y el Cruz Azul ya está buscando armar su cuadro ideal para la siguiente campaña, por lo que han salido varios nombres y dentro de ellos luce el de Giorgian De Arrascaeta, mediocampista uruguayo que se ha vuelto del interés de la Máquina.
Desde las tierras amazónicas ha transcurrido el rumor del interés de Cruz Azul por el 10 de la Selección Uruguaya, De Arrascaeta, pues el director deportivo, Iván Alonso, tiene cierto cariño por sus compatriotas y por ende, podría reforzar el mediocampo para el siguiente torneo.
Según medios brasileños, el jugador estaría en la mira cementera, sin embargo, la cifra que buscaría su actual club, el Flamengo, para poder rescindir los servicios del jugador Charrúa sería el principal problema, pues los de la Noria tendrían que desembolsar 50 millones de euros, una cifra imposible para los Cementeros.
Giorgian De Arrascaeta, tiene compromiso vigente hasta finales de 2026 con el club amazónico, con una cláusula casi imposible de liquidar, por ello, el Azul tendría que esperar a que termine el contrato y hacer una oferta al propio jugador, que estaría rondando entre los 15 y 20 millones de euros.
Listos para mañana. 🔥🚂 pic.twitter.com/vMn6k7XPLt
— CRUZ AZUL (@CruzAzul) April 11, 2024
Locura para un equipo que marcha bien
Los cambios vienen fuerte para el Cruz Azul, aunque la Máquina nunca ha desembolsado tanta cantidad de dinero por un refuerzo. El Azul, con casi asegurada su clasificación, tienen que reforzar su delantera, pues le ha traído bastantes dolores de cabeza y con refuerzos que han pasado con más pena que gloria en la Noria, se viene una tarea difícil para los directivos al elegir al refuerzo adecuado.
Este fin de semana, el Cruz Azul visitará a la franja del Puebla en el Estadio Cuauhtémoc, en busca de afianzar la clasificación y reencontrarse con la versión que mostró en la primera mitad del torneo Clausura 2024. La Máquina se encuentra en la posición número cuatro con 26 puntos, apuntando a conseguir un campeonato más que tanto le debe a su afición.
POR MIGUEL AYALA