De la rivalidad a los golpes

Chivas y Águlas se profesan un odio profundo y a veces degenera en violencia
Estadio Deportes Publicado el
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De la rivalidad a los golpes

 ARTURO GARCÍA CABALLERO/@SandokanTigur

 

Pasados los primeros años de los dimes y diretes entre americanistas y rojiblancos, la rivalidad fue creciendo hasta convertirse en franco odio, aunque disfrazado por lo deporti- vo, por ello parecía sólo cuestión de tiempo para que el polvorín de la violencia estallara entre am- bos clubes, tristemente algunos Clásicos Naciona- les son recordados por las monumentales peleas entre tapatíos y capitalinos, más que por la espec- tacularidad de los encuentros.

 

EL PRECEDENTE

Las semifinales de la temporada 1982-83, si bien no fue la primera bronca entre ambas instituciones, sí marcó un parteaguas en la historia de las grescas del Clásico. América se presentaba como líder general y claro favorito para llegar a la final, pero las Chivas hicieron la hombrada y terminaron por vencer a las Águilas por 4-2. La impotencia azulcrema se hizo presente y comenzaron a patear de más, eso, sumado a las polémicas decisiones del silbante, encendió los ánimos y acabó con una bronca campal sin precedentes que involucró a jugadores, utileros, técnicos y suplentes. Al final las Chivas fueron las más afectadas pues Edgardo Codesal, árbitro de ese juego, decidió suspender a medio Rebaño y a la postre terminaron cayendo en la final ante el Puebla.

LA ÉPICA

No menos escandalosa fue la bronca del 17 de agosto de 1986, en aquella ocasión el pique entre Fernando Quirarte (Chivas) y Carlos Hermosillo (América) fue lo que desató la pelea, fue al minuto 72, cuando Eduardo Bacas de América le impide despejar al meta rojiblanco “Zully” Ledesma, entonces se aproxima Fernando Quirarte y le da un pequeño empujón a Bacas, Carlos Hermosillo encara al “Sheriff” y después lo patea, Quirarte cae y el árbitro decide echar a Hermosillo, todo pudo haber quedado ahí, pero de camino a los vestido- res, Hermosillo pasa por un lado de Quirarte, que continúa tendido, y lo patea en la cara, entonces los jugadores de Chivas se abalanzan y comienzan a patear a Carlos que corre desesperado y se ini- cia un efecto dominó que acabó con una bronca campal de épicas proporciones que se saldó, por primera vez en la historia del futbol mundial, con la expulsión para los 22 jugadores decretada por el silbante Antonio R. Márquez, además de la sus- pensión del juego.

 

LA DEL TEMO

 

Otra de las grescas tristemente recordadas de los Clásicos Nacionales, tuvo lugar en la jornada 8 del torneo Verano 99, en aquella fecha Noé Zárate de Chivas y Cuauhtémoc Blanco de América se ha- bían encargado de calentar el Clásico con decla- raciones polémicas sobre el uno y el otro y sobre el prestigio de los clubes. El partido fue cerrado y áspero y se observó un “Temo” muy violento que incluso tendió de un codazo a uno de sus ri- vales durante el juego, sin embargo, todo parecía quedar en la calentura del partido, que por cierto se llevó Chivas 1-0 con gol de Héctor del Ángel. Al final del cotejo, Felipe de Jesús Robles de Chivas se acercó a para despedirse de Cuauhtémoc Blanco y éste, frustrado, lo recibió con un puñetazo en el rostro, la respuesta de Robles fue una patada en lo genitales a Blanco y se armó de nuevo la campal, Cuauhtémoc, el que inició toda la bronca, rehuyó a la pelea y sólo lanzó amenazas a todos los rojiblancos, al final todo se calmó y la gresca sólo le costó a Blanco tres juegos de suspensión.

 

EL AMAGUE

La primera pelea del nuevo milenio en un Clási- co Nacional, fue en el Apertura 2003, en aquella ocasión Chivas se encontraba arriba en el marca- dor 2-1 en el estadio Azteca, se jugaban los últimos minutos del Clásico y Alonso “Negro” Sandoval de Chivas tomó el balón y se lo llevó a la banda, una vez allí desbordó a José Antonio Castro quién tiró unacriminalpatadayallícomenzólagresca,pese a que no pasó a mayores, se recuerda a un Cuau- htémoc Blanco haciendo amagues de golpes a Johnny García y a éste en guardia de boxeador (te- nía pasado pugilístico) no se amedrenta y encara a Blanco quien, una vez más, rehúye a los golpes y se escuda en las espaldas de sus compañeros.

 

LA CHILENA

El último capitulo de violencia en un Clásico Nacional fue en el Bicentenario 2010, en aquella ocasión la victoria sonreía una vez más al Rebaño por 1-0, todo era fiesta en el estadio Jalisco, pero en el minuto 47 Jean Beausejour, jugador de origen Chileno del América, forcejea una jugada y pierde entonces tira una artera patada a Xavier Báez y provoca la inmediata reacción de sus compañeros que saltan a defenderlo; Omar Bravo y Omar Arellano, que estaban en la banca saltan de nueva cuanta a la cancha y comienzan los empujones, la final la buena intervención del árbitro al expulsar directamente al chileno fue suficiente para calmar los ánimos, aunque Bravo y Arellano también fue- ron amonestados tras ingresar a la cancha.

 

NGS