Lo peor del 2016: el 7-0

 

El día que ningún mexicano jamas olvidará

México se encontraba en un falso estado de gloria; a la llegada de nuestro salvador, Juan Carlos Osorio, el horizonte no nos presentaba más que buenas noticias. México podía presumir de una racha invicta de 11 partidos oficiales y 11 amistosos, misma que escondía detrás, un juego insatisfactorio y poco espectacular. Una maldición comenzó a crecer dentro de nuestra selección, esta tomaba fuerza y poder a medida que la soberbia y el ego crecían lo suficiente en nuestros jugadores, para que el día de su nacimiento, fuera implacable. México no supo ganar, y como castigo, tuvo que perder, no solo un partido y una racha, México perdió la dignidad.

Chile fue el encargado de exhibir la maldición que la “Verde” cargaba consigo, siete goles retumbaron en el corazón de la afición mexicana durante el partido por cuartos de final de la Copa América Centenario, y esta misma, que ilusamente se esperanzó con un campeonato terminó por llevarse la peor derrota en la historia de selecciones nacionales. 7 ganchos al hígado, 7 puñaladas en la espalda, 7 razones para odiar, olvidar, llorar y recordar aquel día que todos los corazones apasionados por el futbol en México sintieron un profundo golpe que no sanará jamas.

Lastimosamente el 2016 será recordado como el año en que el mundo del futbol le dio su más grande lección a la selección mexicana, misma que deberá aprender, pues para ser grande no basta con decirlo y mostrarlo, la grandeza nace desde la humildad que la provoca, los méritos que la producen y las derrotas que aleccionan para aprender a ser mejores. México se ha querido saltar el camino que lleva a la grandeza y es por eso que las caídas duelen y profundo, por que al pensarse grandes, cuando la realidad azota la conciencia de nuestro futbol, no nos deja ver más que el tiempo que hemos perdido ilusamente creyendo que un árbol crecerá sin que sea regado y procurado.

18 de junio de 2016, aquel día, el futbol mexicano murió, pero más allá de la muerte existe la vida…. La selección tiene la oportunidad de renacer de entre sus cenizas, el futbol le ha dado la oportunidad al Tri de aprender, aprender de verdad, plantar la semilla de la grandeza y cuidarla todos y cada uno de los días que nos esperan. Esta es una oportunidad de hacer las cosas bien, nunca se había caído de esta manera y quizá es lo que se necesitaba, resurgir como lo que somos, un país futbolero con muchas oportunidades esperando ser tomadas en cuenta para formar esa virtud de las grandes potencias en el futbol que alguna vez fueron pequeñas y supieron ser criadas para convertirse en lo que ahora son.

El 18 de junio de 2016 puede ser el día que la soberbia y el ego de México mueran para dar paso al nacimiento de una selección digna de su país.

Hoy seguimos llorando a México, pero este periodo de resignación nos servirá para no cometer los mismos errores en el futuro, solo esperamos que el mensaje haya sido suficiente para poder quitar la venda en nuestros ojos y ver la realidad de nuestro futbol para crecer a partir de ella.

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ASC


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