¡A su primera final continental! Atalanta elimina al Marsella y va por el título de Europa League

El cuadro italiano superó al Olympique de Marsella contundentemente para calificar a su primera final. FOTO:EFE
El cuadro italiano superó al Olympique de Marsella contundentemente para calificar a su primera final. FOTO:EFE 

La Dea estará por primera vez disputando un título de Europa y lo hará ante el enrachazado Bayer Leverkusen.

El Atalanta de Gian Piero Gasperini hizo historia al ganar en la vuelta de Semifinales de la Europa League al Olympique de Marsella por marcador 3-0 y certificar su pase a la gran final de Dublín, donde jugará por primera vez un partido en el que un título del Viejo Continente está en juego. El cuadro de Bérgamo sólo tiene en sus vitrinas la Copa de Italia de la temporada 1962-63.

La ciudad del norte de Italia, de donde es originario el equipo, se despertó soñando con meterse en una final europea por primera vez en su historia y se durmió soñando con levantar un título europeo, una Liga Europa que además le permitiría volver a disputar Liga de Campeones.

Los locales empezaron desde el minuto 1 con el dominio, dejando claro que el planteamiento de Gasperini, arquitecto y entrenador ya histórico de este equipo, era el mismo de siempre. “Es importante no perder la identidad“, dijo en su momento el técnico. Dicho y hecho. Presión alta, emparejamientos individuales a todo el campo y velocidad tras el robo.

Con De Ketelaere, Scamacca, Lookman y Koopmeiners desatados, el carrusel de ocasiones no se hizo esperar. El primero de los mencionado estrelló el balón con el palo tras esquivar a Pau López y, poco después, Scamacca, en un estado de forma descomunal, contra el larguero tras cazar un balón suelto dentro del área en un saque de esquina que dio pie a otro remate que salvó el meta español.

Bérgamo explotó de alegría por el gol, porque veía a su equipo abrasar al Marsella y porque se sintió inevitablemente ganador. El primer tiempo terminó sólo con ese para ‘La Dea’, lo cual significó la mejor noticia para los franceses.

Al inicio del segundo periodo, los galos tuvieron una ocasión clarísima, la única de su partido. El senegalés Ilimán Ndiaye, que no acertó en la vaselina sobre Musso y desaprovechó el despiste defensivo del Atalanta. Perdonó el cuadro olímpico, pero no el equipo de Gasperini, al que le salió todo en el duelo más importante de su historia. Tan sólo unos minutos después de sufrir la ocasión de los visitantes, Ruggeri puso en la escuadra un zapatazo que sentenció el duelo.

Desde entonces, la fiesta se desató en la grada y en las calles de Bérgamo. Apagaron al Marsella, brillaron con luz propia y con la de los fuegos artificiales que se lanzaron desde el estadio.

El Bilal Touré se encargó de ponerle la cereza al pastel en el tiempo añadido con un golazo en el que exhibió fuerza y calidad para certificar el acceso a la final soñada por todos en dicha ciudad italiana, por generaciones.


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