Estimados lectores y aficionados al futbol: a partir de este viernes, y cada ocho días, les presentaremos una recopilación de cada una de las Copas del Mundo, con datos y estadísticas que les permitan tener una idea cercana de la importancia que tiene la máxima justa del balompié internacional, previo al arranque de Rusia 2018.
Uruguay 1930
El nacimiento oficial del futbol nos remonta a 1904 (fundación de la FIFA), pero el balompié organizado logra una importancia internacional hasta 1924, en los Juegos Olímpicos de París. A raíz de este encuentro deportivo y tras la negativa de muchas naciones a participar en la justa olímpica de Ámsterdam 1928, en mayo de ese año, el Congreso de la FIFA dio forma a un torneo que se llevó a cabo en 1930, el cual se abrió para todo el mundo.
Fue el 18 de mayo de 1929 cuando se decidió que el organizador de la primera Copa del Mundo sería Uruguay, país seleccionado por dos razones: era el campeón olímpico y, además, en 1930 cumplía 100 años de su independencia.
La participación de las selecciones se hizo por invitación, pues no hubo fase de clasificación; debido a la dificultad en los traslados y la situación económica en Europa, el sorteo para los grupos se realizó hasta que los participantes estuvieran en territorio charrúa.
El juego inaugural fue entre Francia y México, en tanto que la final la disputaron Uruguay y Argentina, coronándose el representante anfitrión del evento.
Italia 1934
En octubre de 1932, la sede de la segunda Copa del Mundo fue designada por el XXI Congreso de la FIFA. Tal competición, realizada del 27 de mayo al 10 de junio de 1934, tuvo mayor aceptación que la primera edición, logrando, después de enviar invitaciones a las diversas confederaciones, que hubiera 32 países inscritos –con 16 lugares por ocupar– para la justa.
De esta manera se realizó una fase previa de eliminación, en donde incluso Italia –país anfitrión– tendría que disputar un lugar en su Mundial.
Varios combinados de América decidieron no participar y, en su caso, Argentina y Brasil mandaron equipos alternos. Mientras que Uruguay, campeón vigente, tomó la determinación de no asistir al evento, como protesta ante la negativa italiana de participar en el Mundial de 1930.
México viajó a Roma para disputar un juego de eliminación contra Estados Unidos, en busca de un boleto para la justa, el cual se efectuó sólo tres días antes del inicio de la competición. El partido terminó con un marcador de 4-2 en favor de la escuadra de las barras y las estrellas.
Esta edición usó un formato de eliminación directa y, en caso de empate, habría una prórroga de 30 minutos; si se mantenía el resultado, se disputaría otro partido al día siguiente. En todas las fases, cada duelo se realizó el mismo día y en diferentes sedes.
De nueva cuenta, el país anfitrión se alzó con el título tras vencer en la final a Checoslovaquia.
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BLLR
