El conjunto español contrató a Rubén, un vagabundo que vivía a las afueras del Estadio Anoeta y lo hizo parte de su equipo de mantenimiento.
”Pensé que no existía la gente buena, pero al final encontre a una buena persona”, expresó Rubén en una entrevista.
La directiva le ofreció el trabajo, pues se dieron cuenta de que llevaba tiempo viviendo a las afueras del campo de juego con su perro y que tanto vecinos y aficionados les proporcionaban comida y ropa.
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NGS