Leyendas de la Euro: Alemania, el equipo que siempre compite

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Fiel a su costumbre, la selección de Alemania ha sido competitiva en todos los torneos que ha disputado. Tan es así que además de ser, junto con Italia, la segunda máxima ganadora de copas mundiales -cuatro títulos de cada una por cinco de Brasil, máximo ganador del torneo-, también ostenta el título de máxima ganadora […]

Fiel a su costumbre, la selección de Alemania ha sido competitiva en todos los torneos que ha disputado. Tan es así que además de ser, junto con Italia, la segunda máxima ganadora de copas mundiales -cuatro títulos de cada una por cinco de Brasil, máximo ganador del torneo-, también ostenta el título de máxima ganadora de la Eurocopa con tres galardones, una hazaña que apenas alcanzó España con el doblete en 2008 y 2012.

 

1972: Una final polarizada

La cuarta edición del certamen organizado por la UEFA, en 1972, sólo contó con la participación de cuatro equipos en la fase final, por lo cual sólo hubo semifinales, final y partido por el tercer lugar. Bélgica, el anfitrión, sólo pudo fungir como tal tras sortear la fase de clasificación.

Los clasificados a la Eurocopa de Naciones fueron, además de los “Diablos Rojos”, Hungría, la Unión Soviética y Alemania Federal. En plena Guerra Fría, la Mannschaft llegó con una generación de futbolistas que hoy es legendaria. Muller, Heynckes, Hoeness, Netzer y Breitner, entre otros, encabezados por el “Káiser” Franz Beckenbauer, llegaron a Bélgica para escribir su propia historia.

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En semifinales, los germanos despacharon, con un poco de sufrimiento, a los anfitriones por 2-1. La final nuevamente no era ajena al conflicto que enfrentaba a dos potencias mundiales polarizando a todo el globo. Fue nada más y nada menos que la Unión Soviética el obstáculo que los separaba de la gloria continental; los rusos venían de derrotar a Hungría, aún considerada una de las selecciones más poderosas del mundo. Sorpresivamente, los alemanes golearon 3-0 a la URSS para levantar su primer título europeo, con Gerd Muller como campeón goleador gracias a sus cuatro tantos.

 

1980: Hrubesch, verdugo de los ‘Diablos Rojos’

Italia recibió el campeonato europeo de naciones en 1980 y el destino quiso que Alemania nuevamente se viera las caras con Bélgica, aunque ahora en la final, al ser ambos equipos los líderes de sus respectivos grupos. Mientras casi todas las miradas estaban sobre estos dos conjuntos, nadie imaginaba que tan sólo seis meses meses después una de las leyendas de la música, John Lennon sería asesinada de un disparo.

Aquella noche en el Estadio Olímpico de Roma, los teutones se habían adelantado en el marcador con un gol de Hrubesch, pero en el segundo tiempo Vandereycken había igualado los cartones por la vía penal. Parecía que Bélgica iba a vengar la afrenta de ocho años atrás, donde quedaron marginados de la final en casa por culpa de la Mannschaft. No obstante, el tiempo no le alcanzó a los flamencos, pues otra vez Hrubesch los “vacunó” de nuevo a un minuto del final para liquidar las esperanzas belgas.

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Aquel torneo consagró a Klaus Allofs como campeón de goleo con sólo tres tantos.

 

1996: Bierhoff, el héroe de Wembley

La primera Eurocopa de Naciones con 16 participantes, celebrada en Inglaterra, consagró a Alemania como máxima ganadora de la competencia hasta ese momento. Por si esto fuera poco, se trató del primer gran torneo ganado por el país ya unificado tras la caída del Muro de Berlín.

Instalada en el pelotón C junto con la República Checa, Rusia e Italia, Alemania cosechó siete puntos producto de dos triunfos y un empate, respectivamente. En cuartos de final se deshicieron de Croacia al ganar 2-1, pero a partir de la siguiente instancia las cosas se complicaron para los teutones.

En semis, la Mannschaft se vio las caras con el anfitrión. Tras empatar el marcador luego de un gol tempranero de Alan Shearer, los alemanes se fueron al alargue hasta llegar a la prórroga, en lo que fue un partido épico. El equipo de los Tres Leones perdonó y en penales se impusieron los germanos por 6-5.

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Apenas salieron los alemanes del desgaste físico y mental que significa el alargue de un partido, cuando ya estaban metidos en la final, jugando otra vez tiempos extras. La sorprendente República Checa de Kadlec, Poborsky y Nedved, su primer rival en el certamen europeo, llegaba con ansias de revancha y se había adelantado en el marcador con gol de penal de Patrik Berger al 59′.

Los checos también venían de una tanda de penales en las semis ante Francia, por lo tanto ningún equipo quería el alargue. Entonces Oliver Bierhoff salió de la banca para igualar el marcador. Ya en los tiempos extra, al 95′ salió a flote el oficio de la Mannschaft ante un país que competía por primera vez en un torneo importante; Bierhoff marcó el 2-1 y ahí se acabó el partido. El gol de oro daba su tercera corona a Alemania en el césped sagrado de Wembley.

RCF


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