Catalogada como una de las mejores selecciones de la actualidad, con gran protagonismo en los últimos años, pero ya con la necesidad de renovación luego de la eliminación a manos de Italia en la presente Eurocopa, España es, junto con Alemania, el máximo ganador del campeonato europeo de selecciones con tres títulos. Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas al principio, pues antes del triplete Euro-Mundial-Euro, la Furia Roja tuvo que aprender de los errores y viviendo con la nostalgia de presumir sólo un título en sus vitrinas.
1964, el trofeo de Franco
En la segunda edición del campeonato europeo de naciones, 1964, España se engalanó para recibirlo. En pleno régimen franquista, el torneo no quedó exento de manipulaciones políticas. Luego de que cuatro años atrás la URSS se adjudicará el trofeo de la primera edición, en gran medida a causa del retiro de la Furia Roja de la competencia, al tener que cruzarse en cuartos de final ante los soviéticos, los locales tenían ante sí la oportunidad de dar un golpe de autoridad sobre el comunismo.
Con un equipo joven, pero con jugadores de calidad como Iribar, Revilla, Olivella, Pereda y Suárez, los españoles, que habían dejando en el camino a Irlanda e Irlanda del Norte, abrieron el marcador a los seis minutos; dos después la URSS empató gracias a Khusainov. Con más tesón que técnica, Marcelino venció a Lev Yashin al minuto 84; así Francisco Franco, que había asistido al estadio, donde fue recibido con ovaciones, ya podía estar tranquilo.
“Esta victoria se la ofrecemos en primer lugar al Generalísimo Franco, que ha venido esta tarde a honrarnos con su presencia y animar a los jugadores, quienes han hecho lo imposible por ofrecer al Caudillo y a España este sensacional triunfo”, declaró Olivella luego de recibir la copa de manos del dictador.
2008, la Furia despierta
Tuvieron que pasar 44 años para que España volviera a llevar un trofeo importante a sus vitrinas. Generaciones fueron y vinieron en esos años, pero todas se quedaron en la orilla. Finalmente, en la Eurocopa organizada conjuntamente por Austria y Suiza, los Alpes fueron testigos del surgimiento de la generación de oro hispana.
En medio de la “gran recesión” a nivel mundial, que trajo consigo el final de la “burbuja inmobiliaria”, una crisis bancaria dos años después y el aumento en el desempleo en España -considerada una de las naciones pobres del Viejo Continente-, el futbol apareció como una panacea.
Con sendas victorias sobre Rusia y Suecia, además de un empate ante Grecia, España avanzó como primera de su grupo con Luis Aragonés en la estrategia y David Villa como su hombre-gol. La Furia avanzó a semifinales tras eliminar a Italia en penales y volvió a encontrarse con los rusos, a quienes despachó 3-0. Ya en la final, le quitó el control del partido a Alemania y un solitario gol de Fernando Torres a los 32′ devolvió a la selección hispana a la élite del futbol mundial.
2012, generación dorada… vestida de rojo
Una hazaña que ganó simpatías alrededor de todo el mundo. Tras coronarse campeona del mundo en Sudáfrica 2010 con el mejor FC Barcelona de la historia como base de la selección, España llegó a Polonia-Ucrania 2012 -una sede cuestionada previamente por su infraestructura y quizá elegida en función de la geopolítica- con la convicción de refrendar su título. Los hispanos compartieron pelotón con Italia, Croacia e Irlanda, ante quienes consecharon un empate y dos victorias respectivamente para avanzar en la primera posición.
En cuartos de final se encontraron ante una Francia que pese a sus buenas actuaciones no representó ninguna dificultad y la vencieron 2-0; la semifinal regaló a los aficionados un nuevo clásico europeo para los españoles al tener que medirse al Portugal de Cristiano Ronaldo, el eterno rival de la península ibérica.
Luego de 120 minutos sin poder hacerse daño, ambos equipos decidieron el pase por la vía de los penaltis, donde la Furia salió airosa sobre las “Quinas” 4-2. El destino quiso nuevamente que se vieran las caras con la Azurra para definir al campeón en la noche desastrosa del 1 de julio del 2012; la fría Kiev atestiguó cómo Italia perdió la gloria europea por 4-0 y España se convirtió en el primer bicampeón de la Euro.
RCF
