La decisión del Reino Unido de la Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea (UE) puede tener consecuencias devastadoras para todo el futbol británico, pasando por la poderosa Premier League de Inglaterra hasta la modesta League Two, pasando por la Primera División de Escocia.
Más de 46 millones de británicos y miembros de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido fueron llamados el jueves a la urnas para decidir en un plebiscito el futuro del país en el seno del bloque comunitario, donde la salida del bloque, se impuso en la consulta por más de un millón de votos (17.410.472 frente a 16.141.241 -un 51,9 % frente al 48,1 %-).
Una vez lo apruebe el Parlamento, en los dos años que tendrá el Reino Unido -aunque se podrían prolongar- para fijar los términos y condiciones de su salida de la UE, al balompié inglés le tocará reinventarse para verse lo menos afectado posible por esta decisión histórica.
Con la ‘sentencia Bosman’, se abrió el mercado para los futbolistas comunitarios, cambió el futbol en Europa y en las Islas haciendo que las ligas locales dejaran de depender tanto del talento nacional y se abrieran a los extanjeros.
En el caso de los jugadores extracomunitarios en el Reino Unido, necesitan un permiso de trabajo que se otorga si el futbolista ha disputado en los dos últimos años al menos el 75 % de los encuentros internacionales con su selección, que a su vez ha de estar situada entre las 70 mejores del mundo. Si no cumple ese requisito, se debe demostrar que tiene una calidad excepcional.
El número de futbolistas comunitarios que se desempeñan en la Premier de Inglaterra y que pasarán a ser extracomunitarios, supera con creces los cien, de los cuales sólo alrededor de 40 o 50 cumplirían los requisitos para conseguir este visado.
Según la BBC, en total serían 332 los jugadores de la Premier League, Championship -segunda categoría- y Scottish Premiership que dejarían de cumplir los requisitos para jugar en las Islas.
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MASR
