Aumenta la violencia en la NFL

Foto: AP 

La NFL debe castigar severamente a los jugadores que intentan lastimar a un compañero

No es ninguna sorpresa que año tras año sean menos los niños que practiquen el futbol americano en Estados Unidos, y es que los últimos acontecimientos en la NFL no ayudan.

A pesar de las nuevas medidas de seguridad, padres de familia están preocupados por las constantes conmociones y las ligas a lo largo de toda la unión americana han perdido muchos integrantes. Algunos doctores han dicho que poner a jugar a menores de 18 años debe ser considerado como abuso infantil.

Los héroes de muchos niños caen cada fin de semana en el emparrillado por fuertes impactos y hay otros que se encargan de sacar su frustración golpeando a otros compañeros de profesión, lo cual tampoco es un ejemplo o mensaje que quiera la NFL para su público.

Múltiples peleas se han dado en encuentros esta temporada y como ejemplo están la de A.J. Green contra Jalen Ramsey y Michael Crabtree con Aqib Talib. Los jugadores involucrados por empujarse o lanzar algunos golpes son suspendidos un partido por la NFL, el mismo castigo que se obtiene por tratar de lastimar a otros jugadores.

Después de ser superado en la cobertura por el esquinero Tre’Davious White, el ala cerrada Rob Gronkowski no pudo controlar su temperamento y al ver a su rival en el piso, de espaldas e indefenso, decidió golpearlo fuertemente con toda la intención de causar algún daño. El jugador de los Patriots no fue expulsado y solo recibió un partido de castigo por parte de la liga.

Al final del encuentro Gronkowski dijo que actuó de esa manera porque los oficiales estaban marcando mal y estaba frustrado. ¿Qué pasaría su todos los jugadores frustrados por una mala apreciación golpearan a su rival? Afortunadamente al jugador de Buffalo no le pasó algo más grave, ya que de lo contrario una disculpa y una suspensión no hubieran sido suficientes.

El lunes pasado, en el enfrentamiento entre Steelers y Bengals, vimos uno de los juegos más violentos en los últimos años. El receptor JuJu Smith-Schuster bloqueó con un tremendo impacto al linebacker Vontaze Burfict y después el safety George Iloka golpeó casco a casco al receptor Antonio Brown.

Algunos defienden a Juju diciendo que fue una jugada limpia, pero el joven de los Steelers se dio cuenta que el defensivo no lo estaba viendo y midió perfectamente su movimiento para golpear lo más fuerte posible a su rival. Por su parte, Iloka nunca intentó frenarse y evitar el contacto con Brown, al contrario,  su intención era pegarle tan fuerte para que soltara el balón y evitar la anotación, sin importar si después era castigado o generaba algún daño al receptor.

Después de 13 semanas de acción en esta campaña, se han registrado 159 castigos por rudeza innecesaria, un promedio de 4.96 por escuadra. Además de los ya mencionados, hay que recordar el golpe al quarterback Joe Flacco por parte de Kiko Alonzo y el de Danny Trevathan a Davante Adams.

En los últimos años la NFL ha hecho grandes esfuerzos para aumentar la seguridad de los jugadores dentro del campo, pero pareciera que no es suficiente, por lo que es momento de castigar severamente a los que no cumplan las reglas para evitar que aumente la violencia y el miedo a practicar este deporte.

 

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