Caixinha está tentando al diablo

Foto: Mexsport 

No es que Caixinha tenga que ser ‘tierno’, pero no puede olvidarse que un entrenador debe ser responsable con los mensajes que emite.

Pedro Caixinha es el tema de moda de la Liga MX, y no por su gran trabajo con Cruz Azul ni por los resultados, sino por cuestiones negativas en su comportamiento.

“No juego con faldas”, respondió sobre la Liga Femenil, si bien es cierto que en sí no es una declaración totalmente misógina, y parte de una verdad, pues él no dirige al cuadro femenil ni está empapado de las problemáticas de éste, también es cierto que sus palabras carecieron de empatía en un momento delicado para las mujeres en México. No es que Caixinha tenga que ser ‘tierno’, pero no puede olvidarse que un entrenador debe ser responsable con los mensajes que emite.

Este capítulo no es el primero, y en Cruz Azul no deben estar tranquilos, a la primera oportunidad Caixinha exhibe la poca tolerancia que tiene, misma que ha permeado dentro del plantel. El jugador cementero se ve harto, rebasado y con el ánimo por los suelos, es evidente que el club carga con una losa tras más de dos décadas sin el ansiado título liguero, pero hay que reconocer que el entrenador portugués tuvo mucha culpa en el reciente fracaso de la Máquina, y ahora mismo ha colocado más presión al equipo con las soberbias declaraciones que generaron un ambiente ríspido entre los medios y el club. Peláez tiene que actuar.

“Los jugadores mexicanos no están acostumbrados a pensar. En el futbol debes hacerlo porque es juego de decisiones”, acotó el entrenador. Quizá es cierto y nadie se había atrevido a decirlo, pero eso queda en el vestuario, en charlas privadas.

“Me vale madre”, dedicó a los reporteros señalando que las críticas “le entran por una oreja y le salen por otra”, es una respuesta visceral, y hay que analizarla con cautela. A Caixinha se le ha dado absolutamente todo el apoyo de la directiva como a ninguno otro antes, ha hecho con el club lo que ha querido, y el resultado es mediocre; muchos dirán “se ganó la Copa MX, Cruz Azul regresó a una final, fue líder” y sí, pero son peldaños lógicos si se voltea a ver la inversión de la institución, no entiendo al aficionado que defiende esos resultados. Para un club como Cruz Azul, ser líder de la competencia, ganar la Copa y estar en una final, son obligaciones de cada semestre, como también es una obligación el título liguero.

“Cuando le gane al América quiero mi estatua a lado de la de Cantinflas”, remató antes de la final, y ya pasaron casi tres meses y no hay manera de construirle su estatua, quizá porque aún le faltan cimientos

 

@Mafersar


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