¡¡¡Comida por piedad!!!!

 

Nos dicen de unos, nos hablan de otros y entrados en confianza hasta nos recomiendan platillos que nada más de verlos se te espanta el hambre

A una semana de haber llegado a Río de Janeiro el síndrome del “jamaicón” nos recuerda que pese a todo no hay como nuestro México.

 

Siete días lejos de casa, en el convivio con 7 personajes salidos de los peores cuentos de terror, trabajando mucho, durmiendo poco y comiendo lo primero que tenga cara de alimento.

 

Víctimas de las papas fritas, sándwiches y toneladas de porquerías, la búsqueda de la comida mexicana se ha convertido en el deporte favorito de estos juegos.

 

Nos dicen de unos, nos hablan de otros y entrados en confianza hasta nos recomiendan platillos que nada más de verlos se te espanta el hambre.

Foto: Aldo Fernández
Las cartas de alimentos lucen atractivas, con quesadillas que es lo más cercano a lo nuestro, carnes asadas con frijolitos y arroz. La bronca es cuando llegas a los tacos y lo primero que te viene a la mente es “Taco Bell”.

 

Tostadas dobladas a la mitad, con lechuga, jitomate, picante de botellita y chilli con carne.

 

Hay Dios que cosa tan espantosa y lo peor que es tanta el hambre y el antojo que terminas por cerrar los ojos y comer. Guacala.

Foto: Aldo Fernández

Por piedad, si usted vine a Rio y se mete a un restaurante mexicano no pida el Chilli de Frango. Son algo así como unos nachos de pollo, con salsa dulce y queso. Francamente intragables.

 

Vamos a dejar para el regreso las aguas de horchata y jamaica. De hecho vamos olvidándonos de la comida mexicana por estos días y pensar que al regreso nos espera una deliciosa barbacoa.

 

Cabe destacar que el Real brasileño equivale a casi 6 pesos mexicanos.


Newsletter
¡SUSCRÍBETE PARA RECIBIR LAS ULTIMAS NOTICIAS!