Diego Armando Maradona es un ejemplo, para lo bueno y para lo malo, hay que decirlo. En sus propias palabras, “la pelota no se mancha”, así que difícilmente vamos a olvidar que no sólo cayó en los más bajos excesos, sino que además los trasladó a una cancha de futbol de la manera más ruin. La pelota sí se mancha.
Partiendo de lo anterior, debemos reconocer el efecto motivador que el entrenador argentino le imprimió a Dorados, cinco triunfos en fila y el boleto a la liguilla tras vencer a Venados, convierten a los ‘culichis’ en claros favoritos al título del Ascenso MX. Desde su llegada al banquillo, Dorados ha cosechado seis triunfos y una derrota, suma 18 puntos de 21 posibles.
Históricamente, el club ha sabido responder a grandes estímulos impuestos por figuras del balompié, es como si lo trajeran en el ADN, como si este club hubiera estado hecho para los papeles estelares, pero el último escalón sigue siendo su deuda. Recordemos que Pep Guardiola, Sebastián Abreu y Cuauhtémoc Blanco pisaron la tierra bendita de Sinaloa, y su efecto mediático y futbolístico acaparó portadas, eclipsaron las miradas hacia el Pacífico Mexicano, y es que uno de los estados más representativos del norte del país merece tener un equipo fuerte, y protagonista, que cuando se hable de la música de banda, el béisbol, y los mariscos, también se diga lo importante que es el futbol en una entidad golpeada por el narcotráfico.
Es justo aquí donde está otro de los compromisos más fuertes de Maradona, quien fuera uno de los mejores jugadores del Siglo XX, pero también uno de los máximos exponentes del mundo de las adicciones, tiene en sus manos un reto más importante, no porque sea ejemplo para la juventud, o ese tipo de conclusiones a las que llegamos cada que hablamos del ‘deber ser’ del futbolista, sino porque necesita convencer a sus futbolistas de que el trabajo bien hecho, y la responsabilidad en el ejercicio de su profesión, invariablemente, desencadenan en el éxito.
‘El Diego’ está disfrutando, y eso siempre será agradable, es un tipo de futbol, el pillo del barrio, de esos que seguramente tiene demasiado por aportar, contar y aconsejar a sus jugadores, y le viene bien al futbol mexicano que el jugador mexicano se sienta capaz, que disfrute el juego y se sienta futbolista en el estricto sentido de la palabra.
@Mafersar
