Gol de honestidad

Foto: AP 

El triunfo portugués es lo mejor que le ha caído a un atropellado futbol, que desde hace años navega en el mar de la corrupción que de manera automática transforma el deporte en artículo de conveniencia

Tardes como las de este pasado domingo son las que hacen grande al deporte y en este caso el futbol. Tardes donde la capacidad de asombro, de esperar lo inimaginable y ver como no hay nada escrito te regresa la credibilidad puesta a prueba por muchos y en muchas ocasiones.
La lesión y salida del juego de Cristiano Ronaldo prácticamente sentenciaba la partida. El poder ofensivo y motivacional de uno de los mejores jugadores del mundo dio por sentado que Portugal se encaminaría al abismo de una segunda derrota en final de la Euro, pero eso no sucedió.
Los franceses entraron al juego lusitano, ese de choque donde los espacios en la cancha se reducen y la claridad se pierde por completo.
Como el futbol es caprichoso Francia tuvo la del gane en los pies del tigre Gignac, pero el balón decidió ir al poste y alargar los minutos de agonía.
En los minutos de alargue Portugal encuentra su recompensa y su razón de ser. Los hijos e CR7 ganan la final inesperada y ahora son los reyes de Europa subrayando que en el futbol no hay nada escrito y nada dado por sentado.
El triunfo portugués es lo mejor que le ha caído a un atropellado futbol, que desde hace años navega en el mar de la corrupción que de manera automática transforma el deporte en artículo de conveniencia. Lo siento por los franceses, pero esto si fue lo mejor que pudo pasar.

Newsletter
¡SUSCRÍBETE PARA RECIBIR LAS ULTIMAS NOTICIAS!