Osorio y el Bolshói

Mexsport 

Para México, no haber alcanzado el mitificado quinto partido en Rusia 2018 no necesariamente representa un paso hacia atrás.

El legendario Teatro Bolshói de Moscú, estigmatizado como una manifestación de arte imperial, sobrevivió a la irrupción de la dictadura del proletariado orquestada por Vladimir Lenin, un marxista radicalizado tras la ejecución de su hermano en Shlisselburg por órdenes de zar Alejandro III.

Pese a que los revolucionarios bolcheviques buscaban reprimir cualquier vestigio zarista, Anatoli Lunacharski, comisario popular para la instrucción pública, logró convencer a Lenin para rescatarlo y erigirlo como el gran estímulo cultural de la emergente Rusia socialista.

Para México, no haber alcanzado el mitificado quinto partido en Rusia 2018 no necesariamente representa un paso hacia atrás. A espera de saber si continúa o no, la herencia táctica y metodológica de Juan Carlos Osorio durante su proceso como seleccionador mexicano no puede ser desestimada.

El colombiano, alérgico a aquello que no derive en una conversación de fútbol, representa todo lo que debe ser un entrenador en el trabajo de cancha, diagnóstico, preparación y reflexión post-partido. Acertó y se equivocó a partes iguales como han acertado y se han equivocado todos sus predecesores. Desde el conciliador Miguel Mejía Barón hasta el volcánico Miguel Herrera. Más allá del partido de octavos de final ante la Brasil de Neymar, Willian y Coutinho, en el recuerdo quedará la dolorosa derrota ante Suecia como punto de inflexión por lo que suponían los cruces en las rondas de eliminación directa.

México volvió a caer ante un equipo sensiblemente superior en el lugar que por historia, linaje, estructura y talento le corresponde, pero el modelo de trabajo, por incomprensible que parezca, merece ser rescatado, como el Bolshói en los albores de la revolución de 1917.

@Ricardo_LoSi
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