Romo, ¿dónde estás?

Foto: AP 

Hoy Dak Prescott y los Vaqueros dan pena

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Una frase es tan trillada como cierta. Aún recuerdo aquel 2016 en el que Dak Prescott emergió como novato y sorprendió a más de uno. Inmediatamente, la mayor parte de la afición vaquera se olvidó de Tony Romo y convirtió al ‘4’ en ídolo absoluto.

Hoy Prescott y los Vaqueros dan pena. Sin embargo, las limitaciones que ha demostrado el joven QB no son nuevas. Siempre estuvieron ahí.

Nunca ha mostrado gran precisión en sus pases. Pocos de sus envíos van realmente con ventaja para el receptor. Y el juego profundo no existe. El problema fue que con Romo los rivales estaban acostumbrados a otras cosas: jugadas extendidas, pases agresivos. Lo mismo podía mandar el ovoide al slot que buscar a Dez Bryant en lo profundo del emparrillado.

En su año de novato Dak sorprendió porque su estilo de pases cortos y seguros tomó mal parada a casi todas las ofensivas; además, Ezekiel Elliott hizo lo que quiso por tierra y fue quien realmente se echó el equipo al hombro.
No obstante, ese factor ‘desconocido’ no existe más. Todo mundo ya se sabe la receta para vencer a los Cowboys: contener a Elliott, defender bien las rutas cortas. Y listo. Con eso la ofensiva azul y plata queda amarrada de pies y manos.

Mientras Mahomes, en la Semana 2, lanzó 580 yardas, Prescott acumula 498 en toda la temporada; un promedio de 165 yardas aéreas por partido. De risa.

Siempre dije que Romo escondía muchas de las falencias deportivas y gerenciales del equipo. Pese a la creencia popular, la mera presencia de Tony hacía de los Vaqueros un mejor equipo, al menos uno competitivo.
El tipo siempre se las arreglaba para mantenerse en la pelea. Y con resultados positivos. Para prueba los 26 regresos en 4to Cuarto entre 2006 y 2015, más que ningún otro quarterback en la NFL, incluyendo a Brady, Brees, Manning, Rodgers, etc.

Nunca le perdonaron aquella pifia en Seattle, en los playoffs de 2006, cuando se le resbaló el ovoide en un intento de gol de campo que le hubiera dado la victoria a Dallas. Sin embargo, fuera de esa ‘anécdota’, Romo fue el pilar de la franquicia durante casi 10 años.

Se le cuestiona que nunca ganó nada. Pero nunca tuvo equipo para hacerlo. Las pésimas decisiones de la familia Jones lo dejaron descobijado toda su carrera; y con todo, el ‘9’ nunca registró una campaña con récord perdedor como titular.

No en vano tiene prácticamente todos los récords históricos del equipo. El problema es que ahora ya no está y no hay quien compense las tonterías de los Jones y, sobre todo, las de Jason Garrett.

Ay, Romo, ¿dónde estás?

 

@erickml_


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