Con un pitcheo dominante en todo momento, Estados Unidos se impuso categóricamente con marcador de 8 a 0 a Puerto Rico, en la final del Clásico Mundial de Béisbol 2017.
Tras dos entradas completamente defensivas, los de la Unión Americana pegaron primero, con un cuadrangular en la parte alta de la tercera entrada.
El cuadrangular productor de dos carreras vino del bate de Ian Kinsler, el segunda base de los Tigres de Detroit.
En este mismo episodio, un wild pitch que no pudo domar Yadier Molina, puso a su compañero en posición de anotar –segunda base-; sin embargo, el error no pesaría, ya que Lugo consiguió los tres outs para terminar el turno al bate de Estados Unidos.
Puerto Rico no pudo responder inmediatamente, por lo que después de tres entradas completas, los boricuas no habían conseguido ni un hit en la pizarra.
Estados Unidos no pudo repetir la dosis a la ofensiva en la parte alta del cuarto periodo, mientras que Puerto Rico continuó con una producción de 0%. Los seis outs de la cuarta cayeron en un instante.
En el quinto episodio, Ian Kinsler volvió al turno al bat para conseguir el tercer hit de la noche (todos de los norteamericanos). Posteirormente, Lugo entregaría base por bolas a Adam Jones sin out, por lo que la situación era apremiante.
Con un imparable de Christian Yelch, EUA conseguiría su tercera carrera. Eso sería todo para el pitcher abridor. Fue reemplazado por Joe Jiménez, tambié de Detroit.
Un infield hit de McCutchen traería la cuarta carrera de la novena de las barras y las estrellas. Sería todo en la parte alta de la 5ta.
Se fueron cinco y seis entradas y los boricuas eran completamente inocuos en la caja de bateo.
Con casa llena y dos outs, vendría a batear Brandon Crawford. Con la cuenta llena, Crawford pegó un imparable que trajo dos carreras más.
Vendría el turno de Giancarlo Stanton, que produjo otra anotación. La pizarra se ponía 7-0 después de 7 entradas y media. Puerto Rico se caía a pedazos anímicamente.
El primer hit de los boricuas cayó en la parte baja de la séptima, con un batazo de Ángel Pagan. Con esto, sería todo para el pitcher abridor de los Estados Unidos, Marcus Stroman.
A pesar de llegar hasta tercera base, Pagán no consiguió anotar, ya que cayeron los tres outs que mataron la entrada, antes de que los latinoamericanos pudieran romper el cero. Se iban siete episodios enteros.
En la octava entrada cayó la octava carrera, después de tres hits consecutivos. Todos cayeron con dos outs en la cuenta. Un doble play en la parte baja de esta, volvió a cerrarle la oportunidad de romper el cero a los puertorriqueños.
A pesar de tener hombres en primera y tercera base, Estados Unidos no consiguió ampliar la ventaja en su último turno al bat; sin embargo, se encontraba a tres outs de la victoria.
El out 27 cayó sin sobresaltos y una entrega más del World Baseball Classic pasaba a la historia, con Estados Unidos coronándose por primera vez en su historia.
Puerto Rico pierde por segunda vez consecutiva una final de Clásico Mundial de Béisbol. La edición anterior, perdió contra República Dominicana. En ambas se fue en ceros.
La novena boricua fue blanqueada por primera vez en el certamen. En todos sus juegos anteriores, había mostrado un poderío ofensivo que imponía respeto, plagado de jugadores de Grandes Ligas.
La escuadra norteamericana vino de menos a más y cerró con su mejor béisbol en los momentos más importantes del torneo, venciendo consecutivamente a los tres equipos más fuertes: República Dominicana, Japón y Puerto Rico.
Demostró una vez más la mentalidad y el orgullo deportivo que los coloca como potencia en este y en casi todos los deportes (menos el fútbol soccer).
Al final del encuentro, la plantilla completa de los boricuas salió del dugout a aplaudirle al campeón y hubo abrazos e intercambios emotivas palabras entre vencedores y vencidos.
Una verdadera muestra de caballerosidad deportiva y la mejor forma de ponerle fin a un Clásico Mundial que fue realmente una fiesta para los fanáticos de la pelota caliente.
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