El mismo cuento

 

¿Vale la pena ir al mundial de Rusia con este nivel?

Ya ni llorar es bueno. Tampoco nos beneficia estar en busca de pretextos que nos remiten a pasados cercanos y lejanos donde las historias parecen repetirse. Es el cuento de nunca acabar que la noche del domingo tuvo su momento culminante al perder contra un enemigo en el papel inferior, pero que con mucha dignidad se paró de tú a tú con el supuesto gigante al cual eliminó y de paso colocó en su justa y mediocre medida.
El aburguesado balompié de nuestra selección nos lleva a pensar siempre en grandes cosas que van desde ganar la Copa Oro, hasta ser campeones del mundo, cuando nuestra realidad está años luz de las selecciones que pertenecen a la élite.
Los medios informativos se inundarán de disculpas y justificaciones que al final no significarán nada. Los pretextos no cambiarán nuestro obscuro presente y tampoco serán factor para alejarnos del sinuoso futuro.
Si bien ya prácticamente se calificó al Mundial, la pregunta es ¿a que vamos? Estaremos en Rusia refrendando el fracaso, alimentando la mediocridad o a ser comparsa de los equipos que en realidad aspiran a ser campeones. Aunque duela, el futbol mexicano está a 20 abismos de distancia de ser campeón del mundo.  
En fin. El libro de los fracasos, ridículos, amargos y vergüenzas ha escrito una más de sus tradicionales páginas, llenas de esa realidad que en muchos momentos la cambiamos por sueños y que gracias a la constancia se convierten en pesadillas.  Y hablando de lo mismo, Juan Carlos Osorio ya fue ratificado en el cargo, así que a fregarse hasta Rusia.

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