Esta vez la violencia contra una mujer le toco a alguien conocido, a una persona ejemplar que en sus días de deportista de alto rendimiento lo ganó absolutamente todo.
Dominó la Golden League al grado de que esas transmisiones de sus competencias cuya transmisión por televisión no gastaban más de 5 minutos en el tiempo aire paralizaban al país, llenándonos de orgullo al ver a la sonorense apretar los puños y enseñar el poder del músculo al cruzar la meta.
Ana también nos emocionó con aquella plata olímpica en Atenas y el oro en los Juegos Panamericanos de República Dominicana. Hoy nos genera consternación al ver las fotografías de la golpiza que recibió a manos de tres cobardes que de paso y sin tentarse el corazón la dejaron abandonada a su suerte a mitad de carretera.
Como dije, esta vez sabemos de los alcances de este cáncer llamado violencia contra las mujeres por que Ana es conocida pero ¿cuantos eventos de este tipo quedan simplemente en el olvido?, nadie lleva la cuenta y en muchos casos a nadie le importa.
Esto de la violencia hacia las mujeres hay que denunciarlo, seas o no familiar de la víctima, muchas mujeres lo sufren y en el peor de los casos mueren tras las palizas sin clemencia ni piedad. ¡Basta! Hay que ponerles un alto a estos abusivos, poco hombres, abusivos, golpeadores e hijos de la chingada. ¡Ya Basta! Somos uno de los países con mayor índice en este desafortunado rubro.
