Por el nombre de su equipo, tal vez muchos no ubiquen que se encuentra en plena bahía de San Francisco, concretamente en Oakland, California y que incluso comparte el estacionamiento con el Coliseo de los Atléticos y los Raiders de Oakland, pero el hecho es de que esta zona tiene a su equipo de basquetbol.
Los Golden State Warriors se llaman así desde 1971, antes llevaban el nombre de San Francisco y cambiaron para ubicarlo más por la región “El Estado Dorado” en español, que remite a la historia de la fiebre por el oro en California en la mitad del siglo XIX.
La Oracle Arena es la casa de los Golden State Warriors, tres veces campeones de la NBA y actuales líderes de la Conferencia del Oeste. Fue fundada en 1966 (mismo año que el Estadio Azteca) y ello la convierte en el recinto más viejo en toda la NBA superando incluso en años al mítico Madison Square Garden de Nueva York. Su capacidad es de 19,500 aficionados.
Admirarla junto a su vecino camaleónico (El Coliseo es el único que aún comparten la NFL y las Grandes Ligas) la hace ver aún más antigua en una ciudad que es considerada como la cuarta más violenta en Estados Unidos de acuerdo a un estudio publicado por CNN.
El logolotipo de los Warriors es el Bay Bridge que une a las ciudades de Oakland y San Francisco y que en 1989 fuera parte de la tragedia que enlutó a ambas ciudades al colapsarse en el terremoto que ocurrió ese año, lastimosamente al mismo tiempo que se diputaba la Serie Mundial entre los Gigantes y los Atléticos, de esas mismas urbes vecinas de la Bahía.
Pese a ser la más longeva entre las duelas de la NBA su funcionalidad no está en duda y por ello es sede de numerosos eventos a lo largo del año que la tienen prácticamente en funcionamiento todas las semanas del calendario y no sólo en temporada de baloncesto.
En ese ingrediente extra que existe entre los deportes en Estados Unidos para hacer que los aficionados disfruten su estancia en un estadio antes y después del juego, algo que me llamó la atención fue el concierto de jazz que ocurrió antes del partido que me tocó presenciar, justamente ante el Jazz de Utah.
El área de Oakland, con tres franquicias deportivas, como mencionamos, podría quedarse solamente con el beisbol en el mediano plazo, pues recientemente los Raiders anunciaron su mudanza a Las Vegas.
Esta huida de Oakland también impactaría a la Oracle Arena, pues los Warriors dejarían, por su parte, el condado de Alameda para cruzar el puente y ubicarse en San Francisco en un área cercana a los muelles y cambiar de nombre una vez más, aunque eso sólo sigue en una maqueta, que con el campeonato conseguido seguro se reevaluará.
Mientras seguirán presumiendo su longevidad, que ahora vive una era dorada, como su nombre con tres participaciones consecutivas en las NBA Finals y dos títulos en ellas.
Twitter: @trotaestadios
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