00Es el mejor portero mexicano de la última década, ejemplo deportivo a seguir para cualquier futbolista que pretende salir de su zona de confort, y sobre todo, un referente que responde siempre en donde debe hacerlo, en la cancha.
Figura de la Selección Mexicana en los últimos dos Mundiales, lo que nos habla de dos cosas. La primera: el gran nivel de un portero que ha cargado con un equipo al hombro, mismo al que se le reconoce más fuera de México que en su propio país, y la segunda: la nula consolidación de otros futbolistas que estaban llamados a ser figuras, a los cuales se les sigue considerando y protegiendo, a pesar del desdén con el tratan la camiseta del Tricolor.
El portero del Standard Liège entró esta semana en el Top 3 de los mejores porteros de la Europa League, y sigue confirmando que equipo al que va, equipo al que le regala sus mejores atajadas en el cumplimiento de su deber. Después del Mundial ha jugado todos los minutos posibles de la presente campaña, y sin pretexto alguno viajará a Argentina a disputar la doble Fecha FIFA. ¿Por qué Ochoa sí y los demás no? Porque a Ochoa le sobra compromiso y mentalidad para seguir creciendo, aún cuando ya no tiene nada que demostrar. No hay mejor manera de seguir ‘ganándose’ la titularidad que con la entrega que siempre imprime. Podrá gustarnos su estilo, o no, podremos hablar de sus condiciones o talento, pero lo que es innegable es que, como dicen en el barrio, Guillermo Ochoa no se achica ante el castigo, al contrario.
Jamás ha lanzado indirectas en redes sociales al estilo Rafael Márquez o Javier Hernández, tampoco ha tratado de resolver, en las mismas malditas redes sociales, lo que no pudo hacer en la cancha, como Andrés Guardado. En ese sentido, la grandeza de Ochoa no está en alzar títulos, o jugar para equipos importantes en Europa, está en saber discernir entre la crítica del aficionado y la realidad a la que se enfrenta un equipo cuando los resultados no llegan. Qué importante es saber lo que vas a decir, pero más importante cuándo y dónde lo vas a decir. Todavía no existe otro futbolista en la Selección Mexicana con esa madurez, si el Chucky Lozano, Roberto Alvarado o Diego Lainez necesitan un modelo a seguir, ojalá que se vean en el espejo de Guillermo Ochoa y no el de otros que, aunque han jugado en equipos grandes, y como dice Rafa Márquez, “lo han conseguido todo”, no aprendieron de eso que en el futbol de élite se conoce como ‘señorío’.
@Mafersar
