Rarezas

AP 

Será hasta 2022 cuando New England y Green Bay vuelvan a encontrarse en un emparrillado en temporada regular

La NFL es la mejor Liga del planeta en cuanto a infraestructura, organización y espectáculo. El nivel de organización que posee raya en lo ridículo. Sin embargo, el sistema no es perfecto.

El de ayer fue apenas el segundo enfrentamiento entre Tom Brady y Aaron Rodgers como quarterbacks titulares de New England y Green Bay, respectivamente. Y probablemente, el último.

El reglamento del calendario dicta que división debe enfrentar a cada una de las cuatro divisiones de la Conferencia contraria una vez cada cuatro años.
Tomemos como ejemplo a la NFC Norte, en la que se ubican los Packers de Rodgers. En 2018 le tocó cruzarse con la AFC Este, donde están los Patriots de Brady. En 2019, la NFC Norte se medirá a la AFC Oeste; en 2020, a la AFC Sur; y en 2021, a la AFC Norte.

Será hasta 2022 cuando New England y Green Bay vuelvan a encontrarse en un emparrillado en temporada regular. Para ese entonces, Brady tendría 45 años; Rodgers, 38. Probablemente el segundo siga jugando —si las lesiones lo respetan—, pero seguramente Tom ya llevará un par de años retirado.
Nuestra maldita suerte de tenerlos en Conferencias opuestas nos impidió disfrutar de una rivalidad que bien pudo tener proporciones épicas, como la que nos regaló la del propio Brady con Peyton Manning.

Curiosamente, el breve historial terminó entre Tom y Aaron terminó igualado. Los Empacadores se habían impuesto 26-21, en 2014, en Lambeu Field. Ayer, Rodgers hizo lo que pudo para mantener el juego en la línea, pero un fumble de Aaron Jones le puso la mesa a los Pats para encaminar el eventual 31-17 definitivo.
Ahora la única opción de volver a disfrutar de un duelo entre estos dos es un Super Bowl en los próximos dos años. Algo complicado, al menos por Green Bay.

Preludio
Saints y Rams nos regalaron EL partido de la campaña. Como se esperaba, las defensas nunca aparecieron gracias al brutal poderío de las ofensivas comandadas por Brees y Goff. Ochenta puntos fueron la prueba de ello.

Lo mejor es que éste bien pudo ser solo el calentamiento, pues New Orleans y Los Angeles son los principales candidatos para protagonizar la Final de la Conferencia Nacional.

Sólo restará comprobar si la ‘revancha’ se jugará nuevamente en Luisiana o en California. De lo que no hay duda es que será otro partido electrizante, digno de uno cuyo premio será un boleto para el Super Bowl LIII.


Newsletter
¡SUSCRÍBETE PARA RECIBIR LAS ULTIMAS NOTICIAS!