Aceite de oliva
Aceite de coco
Su uso estaba satanizado anteriormente, por ser rico en ácidos grasos saturados, pero estudios recientes indican que el hecho de tener este tipo de grasa no afecta en nada a la salud del corazón. De hecho, la beneficia.
Gracias a la ligereza de sus moléculas, acelera el metabolismo. Además, es rico en ácido fólico, calcio, magnesio y potasio. Ayuda a matar infecciones, ya sean virales o bacterianas.
Aceite de aguacate
Aguanta mayor temperatura que el de oliva, por lo que es más práctico. Rico en minerales, grasas sanas, ayuda a la piel y el cabello, tal como el fruto completo y previene el estreñimiento. Su consumo también combate el acné.
Aceite de girasol
Por lo demás es casi idéntico al aceite de oliva, la otra diferencia es que aguanta temperaturas más altas a la hora de estar en el sartén, por lo que necesita más calor para quemarse.
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