Lo de mejorar la calidad de nuestro balompié y hacer diferencia con el llano fue una pincelada de sabiduría que me recordó las épocas de equipos como el Atlante, los prietitos, Necaxa o el legendario Cruz Azul en aquellos polvorientos campos dejados de la mano de Dios.
La joyita de exigirles a los hermanos López Chargoy la venta de Jaguares y de paso el Puebla fue de berrinche absoluto. Y lo digo por el tono y no por la realidad de sus palabras.
La forma como le temblaba el bigote fue señal que la orden de apretar a los López viene de muy arriba y de directivos poco o nada compatibles con los llamados “hermanos macana”.
Como me recordó aquello de comes y te vas. En este caso pagas y te vas.
No me puedo imaginar el viaje de los chiapanecos hasta tierras toluqueñas. Mientras él Diablo se viste de lujo con la remodelación del infierno, que por cierto quedó de maravilla, los pobres jugadores de Jaguares, apenas con dientes y garras poco afiladas, van en la penuria de los laberinticos enredos de su destino.
Sea lo que sea se calienta el torneo, aunque hay quién quiere enfriarlo a escupitajos. Era de esperarse.
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