Arda Turan brilló con el Atlético de Madrid y eso le hizo fichar por el Barcelona para las temporadas 2015-16 y 2016-17. Su paso por el conjunto culé se recuerda como desangelado; nunca pudo mostrar el nivel que tuvo en los colchoneros, pero su antiguo casero ha relatado a El Periódico de España lo que el turco hacía en su propiedad.
En primer lugar hay que aclarar que el dueño de la vivienda donde estuvo el extremo en su estancia en la ciudad catalana ha demandado al exjugador por 230 mil euros a razón de los diversos desperfectos que ocasionó.
Según lo publicado por la fuente citada, la demanda está en manos de la Audiencia Provincial de Barcelona y ésta habría dado la razón al casero, pero ciertas irregularidades en la notificación a Arda Turan han hecho que el proceso se reinicie.
El chalet está ubicado en Esplugues de Llobregat y está valorado en 18 millones de euros. La publicación donde se relatan los hechos cuenta con mucho contenido gráfico como prueba de los daños que el ahora entrenador causó en la vivienda.
¿Cómo eran las fiestas de Arda Turan?
El agredido relata que cuando el exjugador no estaba en la propiedad, sus amigos tenían “fiestas salvajes” en las que incluso, cuenta, que las cortinas eran tomadas como columpios sexuales.
“Dejaron quemaduras de cigarro en todas partes, incluso en los muebles. Cuando estaban viendo el futbol y se marcaba, dependiendo de quien fuera tiraban el mando de la televisión a la piscina ¡un mando de mil euros! Llegó a tirar como 10 o 15”, rememoró el afectado en la entrevista ya mencionada.
I’m Arda Turan. From thriumps to tears, joys to sorrow, immensely loved and deeply misunderstood. This is not only about my successes and mistakes; this is my journey of self-confrontation.
— Arda Turan (@ArdaTuran) March 19, 2024
The original documentary Arda Turan: Confrontation will be on Prime Video soon.… pic.twitter.com/8lNvUOSFPw
El dueño lamenta que la actitud de Arda Turan haya sido así, pues recordó que al momento de cerrar el acuerdo con la firma del contrato, su emoción era tal que gritó “Visca el Barça, Barça, Barça”, e incluso, mencionó, que mandó desinfectar el lugar que previamente fue ocupado por residentes “no musulmanes”.